martes, 18 de septiembre de 2012

Salpicadito

Fotógrafo Marty Provost

Nunca fue sémen. Fue el sabor de la locura, de la cartografía sabiamente estudiada de sus cuerpos fundidos…

Fue la inscripción mnémica de sus sexos entre los miles anclados en su profundidad. Fue ese olor dulce o rancio.

La plurivoracidad de querer ser en el otro, ser con el otro, con los otros...
Nunca fue sémen.

Fue gota y chocolate, saliva y camalote, agua de azahar, perfume berreta…
Pero nunca sémen.
Pero fue eso que los demás suelen llamar gloria…
O gol.

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